El hambre era una constante en la vida de Theo Whitaker. No era como el hambre humana, la que se calmaba con un plato caliente o un refrigerio apresurado. Era más profunda, más oscura, como un agujero que nunca se llenaba del todo. Podía controlarla durante días, semanas incluso, pero siempre regresaba, exigiendo ser saciada.
Había aprendido a convivir con ella gracias a su madre, que lo había protegido y cubierto cada vez que su autocontrol fallaba. Pero ahora, en Forks, todo era distinto. Había algo en ese lugar que hacía que el hambre se agitara de una manera diferente, como si lo estuviera llamando, desafiándolo.
No era la lluvia constante ni los espesos bosques que bordeaban el pueblo. Era él.
Jasper Hale.
Había algo en el chico pálido y de ojos dorados que lo inquietaba, que lo desafiaba. Theo lo sintió desde la primera vez que lo vio en los pasillos de la escuela. Jasper no era como los demás. No se apartaba ni bajaba la mirada. Al contrario, lo observaba, como si supiera algo que Theo no sabía, como si entendiera lo que Theo era.
Y quizás lo hacía.
Porque Theo no era el único que tenía hambre. Había algo en Jasper que resonaba con su propia oscuridad, un eco de la misma lucha, del mismo monstruo.
Tal vez era eso lo que los atraía el uno al otro. O tal vez era el comienzo de algo que ambos no podían controlar, algo que los consumiría antes de que pudieran comprenderlo del todo.
Porque en Forks, bajo la lluvia interminable, el hambre nunca desaparece del todo. Y a veces, los más peligrosos no son los que la evitan, sino los que la comparten.
Twilight| crepúsculo ° saga/películas.
Jasper Hale ° x oc masculino.