No había forma de que se detuviera; no lo haría en un momento tan desesperado. Subí al puente y le grité: "¡Basta! Suéltalo, o saltaré.".
Se volvió hacia mí, me observó y frenó. "Baja de ahí, preciosa, solo baja, ¿de acuerdo?", dijo.
Mientras tanto, el otro estaba en el suelo, mirándome con una herida grave y hablando con debilidad: 'Baja de ahí, Gaby, por favor, escúchame, hazlo, bonita.
En cuanto decidí bajar, un disparo resonó y todo cambió.........
No autorizó ninguna copia o adaptación de esta historia. ¡Disfrútenla! Daré mi mejor esfuerzo.....