Roberto corría, las piernas le ardían, el corazón le latía desbocado, pero seguía, mientras sus lágrimas eran llevadas por el viento. Mientras que Beatrice se abrazaba a sí misma y con el mentón en sus propias rodillas lloraba por el amor que no quería luchar con ella, ni por ella.
Lo que ambos no sabían en ese momento, es que su amor estaba destinado a ser, que estaban encadenados al otro y que, no importaría la lealtad, pues tarde o temprano, estarían de vuelta a los brazos del otro.
(ORIGINAL)
Una mejor forma de contar el Génesis, las revelaciones, hechos, el evangelio y tribulaciones, el posible lado oscuro de la religión cristiana, un manera diferente de conocer a Dios.