Desde aquella noche, su presencia se volvió constante. Nos encontramos una y otra vez, como si el destino hubiera decidido unirnos en una vida llena de riesgos y libertad, donde amar significaba intensidad y odiar no dejaba lugar al rencor. Éramos opuestos atraídos por una fuerza imposible de ignorar, viviendo al borde de lo desconocido.All Rights Reserved