Se amaban... Definitivamente lo hacían, un amor fraternal del más puro, para él, Milo era su hermanito menor y Milo lo veía como el hermano mayor que siempre envidio de Aioria pero...Para aquel hombre que vivía en las sombras de su templo, Milo era su más preciada posesión, SU juguete, el niño era el único capaz de calmar su necesidad, de saciar su sed.All Rights Reserved