Odiaba a María Victoria Ramírez, literalmente. Era muy creída, odiosa, orgullosa, y todas las cosas habidas y por haber. Cada que rapeaba en vivo sobre el escenario, cada vez que me guiñaba el ojo cuando cruzábamos miradas por casualidad, cada ocasión en que me llamaba "guapa", las veces que hacía cosas para llamar mi atención -a base de bromas pesadas, por cierto- y todo lo que esté relacionado con ella, me irritaba. Y al parecer, cómo que la vida me odia, un día cualquiera María me propuso ser su novia. Y yo, de estúpida, le dije que si.All Rights Reserved
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