La suavidad de su voz, la forma en que sus manos parecían dirigir cuando hablaba, el brillo de su pelo al sol, el olor de su perfume que le llegaba con el viento... no sabe qué pasó, no sabe cómo pasó, pero en ese minuto ella se transformó en algo mas que su paciente...
Risk era un psicólogo que había forjado un nombre con mucho esfuerzo y dedicación. Cientos de noches sin dormir habían hecho de él una eminencia en la práctica clínica de la psicología, un profesional brillante, reconocido y respetado por sus colegas. Su último libro sobre el proceso psicoterapéutico había catapultado su nombre a lo mas alto de los congresos internacionales. Y ahora, de un momento a otro, debería releer sus propios escritos para evitar enamorarse de su paciente.