A veces la vida nos coloca en situaciones que parecen sacadas de una película triste, momentos en los que nos preguntamos por qué a nosotros, por qué ahora. Es difícil encontrar las palabras cuando el dolor no solo afecta al cuerpo, sino también al corazón. Pero, ¿qué haces cuando ese dolor va más allá y afecta a las personas que amas? ¿Cómo le dices a la persona que lo es todo para ti que tienes una enfermedad grave?
Mi nombre es Freen Sarocha y hoy quiero abrir mi corazón, porque esta es mi realidad.
Llevo dos años y medio luchando contra problemas de salud que parecían no tener fin, un camino de tratamientos, medicinas y visitas interminables al médico. Pero recientemente, las cosas tomaron otro giro. Me detectaron pequeñas complicaciones que ahora explican el dolor que siento día a día. Al principio, pensé que podría afrontarlo sola, pero el peso de esta verdad es demasiado grande para cargarlo sin compartirlo. Y aquí surge mi mayor miedo: ¿cómo se lo digo a la persona que amo?
No es solo el temor de hablar de mi enfermedad; es el miedo de convertirme en una carga para ella. Es un miedo que me consume poco a poco porque me hace dudar. ¿Qué pasará cuando lo sepa? ¿La distancia que ya nos separa se hará más grande, como un abismo imposible de cruzar? ¿O, por el contrario, nos unirá más, haciéndonos más fuertes frente a esta tormenta?
En momentos así, me encuentro atrapada entre el amor y el dolor. Día y noche me hago la misma pregunta: si estuvieran en mi lugar, ¿qué harían? ¿Cómo afrontarían el miedo a perder a alguien que aman, no por falta de amor, sino por la carga que representan?
Esta es mi historia, mi verdad, y aunque las respuestas no sean fáciles, estoy aquí, tratando de encontrar una salida entre la incertidumbre. Soy Freen Sarocha, y esta es mi triste realidad.
Yo simplemente empecé a llorar y le dije que de una vez por todas iba a saber en realidad que me pasaba con ella, tomé aire y me decidí a hacerlo, le dije que siempre la había amado y no como una amiga, que la amaba como mujer y la besé...
Pero las cosas no salieron como las imaginé, Becky me dio una cachetada y me corrió de su casa...
Me fui al extranjero sin despedirme, corté todo contacto con ella...Debe estar odiandome... Pero solo quería proteger mi corazón...
Y aquí voy después de 10 años, sentada en una silla de avión, con mi corazón roto de vuelta a mi país, a reencontrarme con mi familia ... Y también a reencontrarme con ella...Con Becky... Mi Único Amor...
📌 Esta historia es totalmente de mi Autoría.