Harry Frostpunk. Tierra 28

Corre el año 1887, y el planeta entero yace atrapado en una prisión de hielo. Décadas atrás, en 1822, las erupciones catastróficas de los volcanes Krakatoa y Monte Tambora, ubicados en Asia Oriental, desataron el llamado "Invierno Volcánico", sumiendo a la Tierra en una oscuridad perpetua. A medida que el calor comenzó a abandonar el planeta, el caos se apoderó de las naciones.

Los grandes poderes de la época, como el Imperio Británico, el Imperio Arcadiano y el Reino de Adrestia al igual que las demás, enviaron expediciones al norte en busca de respuestas al apocalipsis que se cernía sobre el mundo. Sin embargo, mientras los gobiernos se tambaleaban, también lo hacían las fuerzas mágicas. Magos y brujas de todo el mundo descubrieron, con horror, que su poder se debilitaba con cada grado que descendía la temperatura.

Desesperados, los usuarios de magia se vieron obligados a abandonar su aislamiento y formar una alianza con los no mágicos. En un intento desesperado por garantizar la supervivencia de ambos, unieron lo que quedaba de su magia con la tecnología disponible para construir enormes generadores de calor alimentados por carbón. Pero incluso ese esfuerzo llegó demasiado tarde.

Las civilizaciones colapsaron, una tras otra, sumiendo al mundo en una anarquía descontrolada. Ciudades enteras fueron evacuadas, mientras sus habitantes luchaban por encontrar refugio en tierras heladas y hostiles.

A pesar del desmoronamiento global, un pequeño grupo logró escapar de Londres con un objetivo claro: alcanzar una de las zonas donde aún se alzaban los generadores de calor. Con esperanza y desesperación como único combustible, este grupo se embarcó en una misión para fundar Nueva Londres, la última ciudad de la humanidad.

Con solo dos objetivos en mente:

Recuperar a las personas que se perdieron durante la huida.

Garantizar que Nueva Londres sobreviva, sin importar el costo.