Elizabeth Saltzman nunca pensó que alguien como Sofía Reyes, una humana de cabello negro y sonrisa dulce, podría colarse en su vida. Lizzie la conoció por casualidad, un día cualquiera, y contra su mejor juicio, permitió que su amistad creciera. Sofía era todo lo que Lizzie no: tranquila, ajena al caos sobrenatural y capaz de encontrar belleza en las cosas más simples.
Lizzie sabe que acercarla es un riesgo. El mundo al que pertenece está lleno de peligros que podrían romper la delicada tranquilidad de Sofía. Pero cuanto más tiempo pasa con ella, más difícil se vuelve alejarse. Cuando las sombras del mundo sobrenatural comienzan a amenazar a Sofía, Lizzie tendrá que decidir: protegerla desde lejos o arriesgarlo todo para salvar a la persona que le ha enseñado lo que significa amar.
Porque, a veces, las líneas entre la magia y el amor son imposibles de trazar.
Todo el mundo merece su "y comieron perdices", y aunque el de María Hill sea un tanto . . . peculiar, por llamarlo de algún modo, no deja de ser su oportunidad de alcanzar la felicidad fuera del drama que implica todo lo que concierne la palabra Vengadores.
Y como no podía empezar de otro modo, alguien se va a llevar un buen susto y otra va a recibir un madrazo en plena cara.
Enemigas, amigas, amantes y familia . . . pero primero, VECINAS.
Dicen que del amor al odio solo hay un paso . . . o en este caso, un rellano entre portazo y portazo.