Cuando Hera se ve obligada a casarse con el responsable de todo su dolor, jura vengarse. Rey Dragón el no. Además, cuanto más grandes son, más dura la caída. Ella sólo tiene que no morir primero. - Quítate la ropa "M...mi...Señor, ¿podemos... hacer esto mañana?" Su voz es más baja de lo que él esperaba, con un tono sensual al que su cuerpo reacciona emocionalmente. Su voz es ronca cuando le agarra la barbilla con fuerza, clavándole los dedos en las mejillas, rompiendo la piel y sacándole sangre. "Esta será la última y única vez que toleraré la desobediencia". "¿Estoy claro?" Ella no responde, solo asiente, lágrimas que él no comprende ruedan por sus mejillas. "Dije estoy... estoy... ¿claro?" Ella levanta la cabeza y lo mira, con la barbilla levantada en un desafío silencioso, sus ojos azul claro se encuentran con su oro líquido. Él no se da cuenta de cuándo la atrae hacia él, su suave presión contra la dureza de su pecho desnudo, pero cuando aplasta sus labios contra los de ella, su deseo se convierte en necesidad. El Reino de Averia, asolado durante mucho tiempo por los dragones Ryders del quinto reino y sus feroces bestias, finalmente conocerá la paz. Pero es una paz que tiene un precio demasiado alto para pagar. Lo que exige el Rey Dragón es casi imposible. Y ahora el Rey de Averia solo tiene dos opciones, entregarle su única hija y heredera al trono para que se case con un monstruo para salvar a su pueblo o dejarlos morir a manos del cruel y despiadado Midas. ¿Pero podría haber otra salida?All Rights Reserved
1 part