Después de ver al otro Shen Qingqiu robarle la vida y renacer como su yo más joven, Shen Jiu despierta no en sus primeros días de Señor de la Cumbre, sino justo después de haber acogido a Luo Binghe. Está aún más seguro de que, sin importar cuánto intente "mejorarse", sus compañeros señores lo rechazarán. Y, por supuesto, todo lo que intenta es rechazado.
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Pero hay otro que ha comenzado a observarlo. No importa cuánto deteste Shen Jiu al niño, no puede obligarse a maltratar a Luo Binghe como lo hizo en su primera vida. Intenta lo mejor que puede para que la vida de Binghe sea decente y, a cambio... se da cuenta de que casi se encariña con él. En cuanto a Binghe, rápidamente comienza a obsesionarse con su Shizun, que es tan frío y, sin embargo, tan amable debajo de todas sus capas hastiadas, obligado a morderse la lengua cada vez que los miembros de su secta lastiman a su maestro y lo dejan herido, una y otra vez. Cada vez que rechazan a Shen Jiu, Luo Binghe lo ve. Cada vez que lo lastiman, cada vez que llora, Luo Binghe lo ve.
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Binghe alcanzará la madurez muy pronto. Entonces, se promete a sí mismo, sacará a su Shizun de ese lugar que no lo merece y hará que todo el dolor se detenga por fin. Hará feliz a Shen Qingqiu.
Para un cultivador omega, tener una pareja de cultivo era una regla no escrita que todos seguían.
Cuando, Shen Yuan, ingresó al Pico Qing Jing fue comprometido con un alfa casi de inmediato.
Al aceptar su destino, su único objetivo es llevarse bien con su prometido.
¿Cómo puede lograrlo si su instinto omega le grita a cada minuto que salte sobe su alfa?