Aún recuerdo el día que la conocí por primera vez tenía ganas de besarla y abrazarla y no dejarla ir jamás, todo entré nosotros dos era hermoso, hasta que paso aquello...
-Martín, mi amor te necesito, necesito tu ayuda, necesito que vengas corriendo y háblales a mis papás, no se donde estoy, no puedo moverme estoy golpeada y me dejaron tirada en este lugar, es como un bosque al frente hay una gasolinera que se ve abandonada, necesito que me encuentres ya no puedo con esto, te necesito cariño ¡ven ahora!-recibí ese mensaje
-Cálmate, cariño ¿que paso? Estoy con tus padres, acabo de leerles tu mensaje y se alteraron mucho, estamos muy preocupados hasta ahorita es lo único que hemos recibido de ti, intenta ver donde estas al menos una pista, ¿te hicieron algo? ¿Que pasa?- le contesté.
En ese momento le marque -Mi amor, ¿dónde estas?
-No lo sé -contesto llorando- no puedo averiguar donde estoy, creo que me drogaron no alcanzo a ver nada, necesito ayuda.
Hay reglas en el mundo que debes cumplir. El deber de servir y complacer, dar y recibir.
Soy Stella Miller, una mujer firme y con decisiones. Nadie puede sobrepasarse conmigo si no quieren morir en garras de él.
Mí amado esposo, el hombre fuerte y delicioso que siempre está a mis pies, al único que me pondría de rodillas y al único que acariciaria de manera perversa y coqueta...
Y mucho cuidado con las cosas que dicen de mí, porque soy una chica. Más conocida como la mujer del Diablo.