En Hogwarts, no era muy común ver a los presentes que usarán la famosa Lenceria, oh amenos eso no estaba confirmado, era una lástima ver al Niño que vivió, dentro de un baño encerrado, jadeando y mordiendo ligeramente su labio para evitar que lo escucharan, quien diría que el héroe de esa época era un fascinado por la Lenceria justa de mujer.
Era de verse que a su edad todos los jóvenes entran a la etapa hormonal, una etapa en la cual están más descontroladas y siempre están detrás de las jóvenes MAs desarrollas.
Harry Potter no era ese tipo de joven, si no uno completamente diferente, le gustaba usar ropa interior justa, tan justa que pudiera sentir su errecion rozar con la tela, eso le provoca un inmenso placer, uno tan grande, que empezó a comprar lencería de mujer.
Esta solía usarla para masturbarse así mismo con ella, olerla y mordisquearla en el proceso, todo iba bien, hasta que la curiosidad le ganó y comenzó a usarlas en todos lados, le gustaba sentir esa tela rozar toda su parte baja obligándolo a llegar al orgasmo, incluso en clases las usaba y se ponía demasiado ansioso por tener una errecion a primera hora del día.
Todo eso para Harry era el cielo mismo, no fue hasta que cierta persona lo miró sospechosamente cuando este se escabullía por las tiendas del callejón diagon.
Harry por otro lado, se estaba escabullendo para ir a una tienda en particular, nunca llego a creer que cierto ser lo seguiría hasta allí.
Ya estoy hasta la madre de escribir tantas historias sin terminar, pero aquí vamos de nuevo...
Donde un Draco Malfoy tiene autismo, fue abandonado por su madre y se hizo mejor amigo de Harry Potter antes que el trío de oro.
hay una serpiente blanca, un lobo negro y un diario.
Ah, y los fundadores lo ven como la cosa más linda del mundo.