Introducción
Alexander Blackwell lo tenía todo. Poder, riqueza y un control absoluto sobre su vida. Era un hombre intocable, una mente brillante detrás del mayor imperio tecnológico del mundo. Frío, reservado, y perfeccionista hasta el extremo, Alexander no necesitaba nada ni a nadie. Hasta que ella llegó.
Sophia Parker no era más que una empleada más en el inmenso engranaje de su empresa, pero para él, se había convertido en una obsesión. Cada movimiento suyo, cada sonrisa dirigida a alguien que no fuera él, lo consumía. Era irracional, lo sabía, pero no podía evitarlo. Ella despertaba un lado de él que no sabía que existía: celoso, posesivo, y dispuesto a cualquier cosa para mantenerla a salvo, incluso si eso significaba controlarlo todo en su vida.
Alexander Blackwell estaba acostumbrado a ganar siempre, pero Sophia no era un premio fácil de conseguir. Y en su intento por tenerla cerca, por protegerla de un mundo que él consideraba demasiado peligroso para ella, descubriría que el amor y la obsesión no siempre se diferencian tan fácilmente.
Porque cuando un hombre como Alexander decide que algo -o alguien- es suyo, no hay límites, ni reglas, ni moral que lo detengan.