Dicen que en el mundo existe alguien que es igual a ti, no hablo de la personalidad, no del "alma gemela", más bien de lo superficial, físico. Un gemelo, sí, pero no de tu propia sangre, ni si quiera un familiar lejano. Lo último que piensas es que te toparás con esa persona en una situación muy comprometedora.
¿Qué tan borracha estuvo Anthea para acostarse con un chico a quién ni le vio la cara? Peor aún, ¿Por qué ambos se veían fijamente? Se parecían demasiado, como si fueran hermanos, pero nada era igual.
Jace Walker, un chico rubio, te cuerpo bien formado, con apenas dieciocho años, las chicas le persiguen, pero él parece evitar cualquier contacto con las femeninas, es divertido, como un payaso, sin embargo, puede llegar a ser serio si se lo propone, lo cual sucede más con las mujeres que intenten coquetear.
Anthea Desvaux, ojos azules, cabello rubio, lacio y largo, nariz refinada, como una modelo, ¿Quién pensaría que aquella "muñeca", es en realidad toda una machito? Porque así es denominada, se rodea más de hombres, amante de los deportes, un tanto grosera, pervertida, además de seguidora del YOLO, teniendo todo lo que Jace odia, lo contrario a lo que él busca.
Tan parecidos y tan diferentes, otra historia un tanto cliché, pero que sin duda, busca hacer suspirar.