como aprendí a dejar de preocuparme y beber bebidas refrescantes

Cuando mis padres nos dijeron a mi hermana y a mí que nos mudaríamos a Canterlot, Virginia, pensé que sería una oportunidad para un nuevo comienzo. Descubrir que Canterlot estaba poblado por personajes de dibujos animados hizo mella en ese plan, y ser el único que se dio cuenta por alguna razón no ayudó. ¡En el lado positivo, hice dos nuevos amigos! Claro, podrían ser un poco loco excéntrico, pero al menos no me han fantasma y/o acuchillado todavía.

Esta historia no es mía es una traducción el escrito original

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