Eva Moré tenía grandes planes para la universidad, pero la realidad la ha golpeado fuerte: malas notas, una crisis vocacional que no la deja en paz, y la sensación de que su vida se estancó antes de empezar. Todo parece ir de mal en peor hasta que Alek Vingut, su mejor amigo de la infancia, regresa a la ciudad. Ya no es el chico delgado y tímido que Eva recordaba, sino alguien seguro de sí mismo, carismático y con una sonrisa que desarma.
Lo que comienza como un verano de reuniones familiares y retos absurdos entre amigos, pronto se convierte en una temporada de risas, secretos y una conexión renovada con la música. Eva se verá obligada a enfrentar decisiones que la trajeron hasta aquí y, sobre todo, a lo que siente por Alek.
En un torbellino de emociones la melodía más hermosa surge cuando te atreves a desafinar un poco... incluso si eso implica quedar en ropa interior frente a tu mejor amigo.
Pobre Joseph, alguien debió advertirle que se estaba equivocando al contratar a Lexy como su nueva secretaria, pero se "emocionó" demasiado y la mesa le ayudó a ocultarlo.
La inexperta muchacha tiene un don que ni ella misma conoce: puede emocionar a su jefe con cada uno de sus torpes movimientos y mandarlo al baño para "batir la mayonesa" cuando su lengua recita incoherencias.
"Ricas incoherencias", piensa Joseph, mientras alucina de pie en su cuarto de baño, pensando en su nueva secretaria, esa que va a sacudirle más que el mundo completo.