Simón Vargas había perdido la cuenta de cuántos países había visitado desde que comenzó la gira mundial de Morat. Entre conciertos, entrevistas y vuelos interminables, las ciudades se mezclaban como un borrón de paisajes y rostros. Sin embargo, la playa en España se sentía diferente. Quizás era la brisa salada, el sol ardiente o simplemente el hecho de que, por una vez, podía caminar sin prisa y sin el peso de la fama apretándole el pecho.
Cada vez que Simón sonreía, Aurora ignoraba las señales: las llamadas que él rechazaba cuando estaban juntos, los silencios cuando hablaban de futuros posibles, las pequeñas grietas que aparecían en sus historias. Ella las llenaba con esperanza, con la ilusión de que él haría lo mismo por ella.
Tal vez el verano había terminado, pero ella sabía que siempre recordaría a Simón y los momentos que compartieron, aunque fueran tan temporales como las olas que besaban la orilla.
Ya estoy hasta la madre de escribir tantas historias sin terminar, pero aquí vamos de nuevo...
Donde un Draco Malfoy tiene autismo, fue abandonado por su madre y se hizo mejor amigo de Harry Potter antes que el trío de oro.
hay una serpiente blanca, un lobo negro y un diario.
Ah, y los fundadores lo ven como la cosa más linda del mundo.