Ella era perfecta, el un completo caos. El un demonio que buscó la redención desde el momento que sus dóciles manos tocaron su alma, y tomaron posesión de su corazón. Y ella un ángel, un ángel que no soportaba la serenidad del paraíso, desde que su cuerpo sintió el calor que el infierno brindaba, la sensación que el generaba.
─Antes de conocerte, el mundo no me importaba en lo absoluto.─Respondió, con la mirada fija en la mía.
─¿Qué quieres decir con eso?
─Que ahora es diferente. El mundo me importa más que nada; porque mi mundo eres tú.
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Gracias.
Inicio: 27/12/24