En el vasto e imponente escenario del palacio celestial, una relación intensa y llena de matices se desarrolla entre Daishinkan, el Gran Sacerdote, y Shin, el Supremo Kaioshin. Lo que comienza como un gesto de dominio se transforma en una conexión profunda y compleja, donde cada marca que Daishinkan deja en el cuerpo de Shin no solo simboliza poder, sino también protección y deseo. Entre la lucha interna de Shin por comprender sus propios sentimientos y la firme determinación de Daishinkan de reclamar lo que considera suyo, esta historia explora los límites entre el control, la entrega y el amor celestial.
Las votaciones del año 2036 son algo que no me emociona, ya que los candidatos, a mi parecer, no valen la pena, en especial Alejandro Villanueva, aquel chico que se burlaba de mí por mi sobrepeso y al que ahuyenté cuando decidí defenderme. Mi encuentro con él y mi comentario imprudente en la fila para votar es el inicio de una propuesta que no puedo rechazar, así como tampoco puedo negar la profunda atracción y el inmenso deseo entre los dos.
De la noche a la mañana me he vuelto la futura dama y también he descubierto que soy la obsesión del presidente.