Lia era la sensación del momento. Una solista que había ascendido a la cima con su voz única y sus letras desgarradoras. Había logrado llenar estadios con su último álbum, y, por supuesto, su éxito atrajo comparaciones inevitables con otros artistas. Entre ellos, Enhypen, quienes estaban en su propia gira mundial. Pero lo que empezó como simples comentarios entre fans, pronto se convirtió en una rivalidad alimentada por los medios.
Heeseung, el centro visual y vocal de Enhypen, se encontró en medio del huracán. Los rumores de que él había criticado el estilo musical de Lia en una entrevista (totalmente fuera de contexto) hicieron que los fans de la cantante lo etiquetaran como "arrogante" y "despectivo". Por su parte, Lia tampoco ayudó cuando, en un live, admitió que "algunas boybands no deberían opinar sobre cosas que no entienden".
Ambos sabían que todo era una tormenta mediática, pero eso no evitó que comenzaran a detestarse en privado.
Semanas después, cuando ambos fueron seleccionados para una colaboración especial como embajadores de una marca de lujo, ni Lia ni Heeseung pudieron ocultar su disgusto.
El primer encuentro fue en una sala de juntas en Seúl, con representantes de la marca explicando el concepto de la campaña: una canción original que sería lanzada junto con los anuncios.
Lia llegó primero, con su impecable chaqueta blanca y una actitud que decía que no estaba de humor para tonterías. Cuando Heeseung entró, sus miradas se encontraron y ambos fruncieron el ceño casi al mismo tiempo.
-Esto va a ser interesante,-murmuró Heeseung, lo suficientemente alto como para que Lia lo escuchara.
-O un desastre,-respondió ella, sin dudar.