Han pasado diez años desde que mi madre decidió darse por vencida. No quiso luchar por su familia. Nos dejó a papá y a mí solos, preguntándonos qué hicimos mal... El día que murió no sentí ningún dolor y a día de hoy solo siento odio hacia ella. Si, llamadme bicho raro o mala persona, pero nadie tiene ni idea de cuáles fueron las causas por las que mi madre prefirió dejar de luchar. La odio, la odio por el dolor que nos causó a mi padre y a mí. La odio porque su dolor era el nuestro. La odio porque me culpó de su enfermedad y la odio por pensar que su historia la salvaría y lo único que hizo fue destrozarla a ella y a nosotros.