BAJO JURAMENTO

Elliot Rhodes despertó sobresaltado en plena madrugada, con el sonido de algo perturbando la calma de su hogar en Oxfordshire. Al bajar las escaleras, encontró la puerta principal entreabierta y, en el despacho de su padre, una escena desgarradora: Henry Rhodes yacía muerto, una herida mortal manchando su camisa de sangre. Una carpeta abierta sobre el escritorio era la única pista en el caos aparente.

Años después, convertido en abogado, Elliot enfrentó a Alexander Carter, un reconocido penalista, al descubrir pruebas que vinculaban su firma con el encubrimiento del asesinato de su padre. La confrontación fue brutal. Carter, lleno de culpa, admitió su implicación indirecta pero intentó justificar su inacción. Elliot, traicionado y lleno de furia, lo dejó con una sentencia cortante: "Y tú ya estás destruido".

La búsqueda de justicia de Elliot lo había transformado, pero el camino al enfrentamiento final lo dejó frente a un dilema: ¿hasta dónde estaba dispuesto a llegar para desenterrar la verdad y honrar la memoria de su padre?