Santi y Nabi siempre parecían encontrar formas de cruzarse en los pasillos de la calle, aunque ninguno admitiera que era a propósito. Santi, con su cabello desordenado y esa sonrisa medio tímida, se inclinaba sobre su tableta cada vez que Nabi pasaba cerca, como si necesitara esconderse detrás de sus videos que había en la tablet. Sin embargo, siempre terminaba levantando la vista justo a tiempo para mirarlo de reojo.
Nabi, por su parte, no podía evitar juguetear con la manga de su suéter cada vez que sentía la mirada de Santi. Sus mejillas se encendían como si el mundo entero supiera lo que sentía, aunque el tratara de parecer distraído. Ambos compartían silencios cómplices en las reuniones del grupo, pequeñas sonrisas que no necesitaban palabras.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...