Supongo que me lo puedo pensar.

Santiago, uno de nuestros protagonistas, es una persona sumamente amable y bondadosa. Sin embargo, esta cualidad puede convertirse en su peor enemiga, ya que su naturaleza complaciente y su deseo de agradar a los demás pueden llevarlo a meterse en situaciones complicadas. A lo largo de la historia, se verá envuelto en una serie de confusiones y malentendidos que lo dejarán en situaciones incómodas y lo obligarán a cuestionar sus propias emociones y decisiones.

Por otro lado, Kevin, su mejor amigo, tiene una visión clara de lo que quiere, y ese es Santiago. Kevin ha estado esperando pacientemente a que Santiago se dé cuenta de sus sentimientos, pero la pregunta es: ¿cuánto tiempo estará dispuesto a esperar? ¿Podrá Kevin mantener su paciencia y su amor por Santiago, o la frustración y la desesperación lo llevarán a tomar medidas drásticas?