Chuuya se había enamorado de
una mujer algo peculiar, una chica
de cabello alborotado, sus vestidos
siempre manchados con pintura,
sus zapatos que resonavan a
dónde quiera que fuera, con una
risa escandalosa que no dudaba
en cantar sus canciones favoritas a
todo pulmón, una chica que jamás
callaba ante las injusticias, que
cocinaba platillos exóticos que no
podían pertenecer a ningún país y
sobretodo que lo amaba tal y como
es.
Aquella mujer marco la vida del
pelirrojo llenando su vida gris con
colores, sus oídos con todo tipo
de sonidos, su piel de caricias y
su paladar con rarezas, le dio un
sentido de vida, que se llevó con ella cuando dejo este mundo.
Chuuya quedó solo ahogado
en recuerdos y sufriendo por el
silencio, los colores desaparecieron
y su sentido del gusto desapareció,
nada tenía sabor olor o color, nada
tenía sentido y jamás volvería a
amar o almenos eso pensaba.
Iris va a llegar al fútbol club Barcelona con una sola misión, ser la encargada del documental secreto que van a hacerle a un Gavi que acaba de romperse los cruzados y que ha dejado claro al club que no quiere saber nada de documentales.
Ella no aguantará el mal humor del sevillano, este por su parte no le dará la oportunidad de conocerla.
Pero el amor tiene otros planes para ellos.
¿Qué pasará cuando Gavi se entere que ella está detrás de su documental con el tiempo?