Kanoko después de casi morir, regresa al pasado al pasado por alguna extraña razón. Con este don descubierto tratara de salvar a su hermanito de la oscuridad, que fue provocada por su pecado de lujuria.
Gi-Hun busca acabar con los Juegos, pero no sabe que In-Ho, el hombre tras la máscara, arriesga todo para protegerlo. Entre la tensión de los retos y las miradas, ambos se acercan peligrosamente, atrapados entre el deseo, los secretos y un sentimiento que podría destruirlos.