- ¿Puedes oírme? - preguntó la voz de mujer más bonita que jamás se hubiera dirigido a mí. - Sí, pero no veo bien. No veo nada. - No te preocupes, te pondrás bien. ¿Cómo te llamas? - Rebecca, ¿y tú? Me pareció que sonreía. - Freen, me llamo Freen- respondió acariciándome la frente. Esto fue lo último que pude oír y sentir antes de perder el conocimiento. Miento, también sentí que acababa de enamorarme.All Rights Reserved