Para el monegasco era difícil volver a una relación pública, confiar su corazón y su fidelidad. Para Sarah, la rutina y la desilusión era inevitable con él, pero ella tenía límite y Charles no lo sintió. Y aunque quisieran arrebatarles su amor, no había manera y para Charles no le importaba si tenía que jugar con fuego. Pero había alguien más que jugaría con fuego y con tal de sacarla donde no la merecían.All Rights Reserved
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