Lyra siempre soñó con algo más allá de las paredes del orfanato. Cuando sus pasos la llevaron fuera de ese mundo cerrado, se cruzó con Reyna, una presencia tan misteriosa y firme que, a pesar de sus diferencias, algo en ella resonaba profundamente con Lyra.
Reyna, serena y pragmática, era el contraste perfecto de la impulsiva Lyra, pero en sus ojos brillaba una chispa que le hablaba de lo mismo: la búsqueda de un propósito, de algo más grande. Aunque sus destinos parecían opuestos, en ese momento supieron que sus caminos estaban entrelazados, como estrellas que se cruzan en el vasto cielo.
La conexión entre ellas, tan inesperada como inevitable, comenzó a tejerse en silencio, como un susurro de destino que no podía ser ignorado.
Gi-Hun busca acabar con los Juegos, pero no sabe que In-Ho, el hombre tras la máscara, arriesga todo para protegerlo. Entre la tensión de los retos y las miradas, ambos se acercan peligrosamente, atrapados entre el deseo, los secretos y un sentimiento que podría destruirlos.