El hielo había sido el único refugio de Louis, un omega prodigio del patinaje artístico, su única constante en un mundo que lo quebró de innumerables maneras.
Tras el abuso emocional y físico de Richard, su exentrenador y pareja, cruel y posesivo, Richard no solo había roto su espíritu, sino que también empañó el amor de Louis por lo único que alguna vez lo hizo sentirse libre.
Un incidente en una competencia expuso la verdadera cara de Richard, permitiendo a Louis separarse de él. Cuatro meses después, con el corazón destrozado y cicatrices que lo marcaban como una segunda piel, Louis decidió regresar al hielo. Esta vez, bajo la guía de Harry Styles, un alfa retirado de las competencias para convertirse en entrenador.
Desde el primer momento, Harry vio en Louis algo más que talento: una lucha silenciosa, un dolor profundo que lo hacía patinar con perfección, pero sin alma. Louis no solo buscaba un entrenador. Buscaba a alguien que le mostrara que no todos los alfas eran como Richard, que aún era posible confiar, soñar, y tal vez, amar.
Harry le enseñaría lo que realmente es el amor y curaría ese corazón de hielo quebrado.
Louis fue criado para seguir un legado. Su padre, un alfa orgulloso de manada, construyó desde cero un bufete de abogados en una ciudad que jamás les dio la bienvenida. Ahora, Louis debe demostrar que está a la altura, incluso si eso significa reprimir todo lo que realmente siente.
Aunque su temperamento lo traiciona, y la presión por ser el sucesor perfecto empieza a consumirlo.
El amor nunca fue una opción en su mundo lleno de intentos por impresionar, o por lo menos eso pensaba hasta que llego él omega; con una mirada triste bien disimulada y una sensibilidad probablemente incómoda. Sólo busca un lugar donde encajar, un trabajo cualquiera, algo que lo acerque a lo que su padre hubiera querido para él.
Louis no debería prestarle atención. Su padre jamás lo aceptaría. Un hombre omega era como desviarse de todos sus orígenes. Y en un mundo donde los olores pueden delatarlos, ni siquiera tocarse es una opción.
Pero a veces, lo que más miedo da... es justo lo que necesitas.
¿Qué pasa cuando lo que esperas de ti mismo ya no se alinea con lo que tu corazón pide?