Amor. Un intruso tan antojadizo como inevitable; tan desconcertante como desconocido para Dylan Bernstein, un prestigioso e inflexible profesor de música de cuarenta y cuatro años, el cual al romance jamás ha dado cabida a lo largo de su solitaria vida. A Gael Jones por otro lado, su talentoso alumno de veinticuatro, y la gran motivación tras sus trastornos del sueño y continuas cefaleas, el romanticismo no le ha sido un total extraño. Un joven irreverente que reboza vitalidad; no obstante, a quién los traumas de su tormentoso existir le han destrozado la voluntad, la estabilidad emocional y la salud mental. Del amor y las relaciones un reacio, testigo y participe únicamente de sus caretas más viciadas.
Gael es de Dylan el gozo y el pavor. El tóxico antes y el sentimental después. La imprudencia más atinada. El desliz más sublime. La circunstancial inmoralidad que tinturó sin querer de ensueño a su grisáceo corazón.
A ambos su inevitable y turbulento romance les significará un viaje compartido a través del primer gran amor; uno al cuál desearán como nunca entregarse en cuerpo y alma, y permitirse intoxicar por su adictiva y prohibida dulzura. Un idilio repleto de altibajos; un amor que podría o no trascender a todas las dificultades que le esperan.
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Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.