Al principio de todo éramos niños. Por eso no sabíamos muy bien de qué iba el fútbol y tal vez por ello tampoco sabíamos muy bien de qué iba la vida. Con 10 años todos sabíamos quiénes eran Ronaldinho, Casillas, Beckham y en el colegio se hablaba de ellos. También de un tal Xabi Alonso, que era de aquí y hacía poco había ganado la Champions con el Liverpool. Yo idolatraba a Klose y a Shevchenko. También hacíamos la colección de los cromos. A veces, le decía con ilusión a mi padre: "mira, aita, me ha tocado uno de la Real". Tal vez esa era la misma ilusión que tenía mi padre cuando yo le preguntaba, cuando volvía de Anoeta, qué había hecho la Real y me respondía: "Hemos ganado 1-0 con un golazo de Nihat". O de Kovacevic. No sabíamos muy bien de qué iba la vida y probablemente por ello tampoco supiéramos de qué iba el fútbol. Pero, por algún motivo, una noche que mi padre volvió a casa después de que la Real empatara contra el Cádiz, yo le preguntara qué habíamos hecho y me dijera que nos íbamos a Segunda algo se despertó en mí. La Real no bajó aquel año, pero yo le dije a mi padre: "Aita, el año que viene voy a ir a ver todos los partidos de la Real al bar y cuando pueda a Anoeta".All Rights Reserved
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