En un juego constante de burlas y discusiones, Arenovitzz, con su cabello chino rebelde y sus lentes oscuros, disfrutaba molestando a Óscar, un chico de baja estatura con el cabello teñido de blanco y una actitud explosiva. Sin embargo, el destino les tenía preparada una ironía: entre el odio y los enfrentamientos, nació una tensión innegable. Una noche, en medio de una discusión que ardía como siempre, Arenovitzz tomó a Óscar por sorpresa con un beso que dejó al descubierto una verdad inesperada. "Odiarte nunca fue suficiente..." murmuró, rompiendo las barreras de enemistad que ellos mismos habían creado.All Rights Reserved
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