Las ausencias siempre duelen, pero resultan todavía más dolorosas cuando llegan de forma inesperada dejando un sinsabor y un vacío difícil de superar. La vida se lo había enseñado a Gojo de la peor manera al no darle la oportunidad de despedirse de su persona destinada. Y ahora, como si no fuera suficiente, le había jugado tan mala pasada que, por simplemente ayudar a un niño, su destino volvía a cambiar como menos lo deseaba.All Rights Reserved