Violeta y su hermana Ruslana fueron adoptadas de pequeñas por Alba y Natalia tras perder a sus padres. Aunque encontraron un hogar amoroso, Violeta siempre arrastró el peso de su pasado. Con los años, desarrolló problemas con la comida, algo que ocultaba incluso a sus madres.
Chiara, su vecina, siempre había sido su opuesta: segura, directa y algo arrogante. Desde niñas no se llevaron bien, y al compartir instituto, los conflictos solo empeoraron. Sin embargo, Violeta guardaba un secreto.
Ansiosa por un cambio de aires, Violeta acepta el puesto de reportera cultural en Barcelona que tanto ha ansiado, sin imaginarse por un segundo todo lo que le depararía esa ciudad. Cada noche en un bar distinto, Chiara toca en todos los bolos que se le presentan, luchando por ganarse un hueco en el mundo de la música.
¿El universo o la ciencia? ¿Quién mueve los hilos en las conexiones de la gente? ¿Cómo dos mundos tan opuestos pueden llegar a parecerse tanto?