- Acéptalo, te encanto - dice con su sonrisa burlona acercándose a mi.
- ¡Te odio hasta el infinito! - me alejo de él pegándome a la pared. Oh no, mala idea.
- Se que algún día lo vas a aceptar, y vas a caer ante mis encantos - Dice susurrando en mi oído mientras coloca sus manos sobre la pared dejándome acorralada.
Lo enfrento con la mirada, quedándome por un segundo embobada en sus ojos azules, pero rápidamente decido burlarme.
- ¡Ja! Ya quisieras, más bien serás tú el que no se pueda separar de mi.
Antes de que me de cuenta, se acerca tanto que sus labios se separan de los míos por apenas un centímetro y vuelve a susurrar - Oh créeme, yo ya sé que no puedo estar lejos de ti - Me da un beso en la mejilla, provocando que me ruborice. Después de eso se aleja de mi, dejándome inmovilizada y con el corazón latiendo a mil por hora.
¿Qué acaba de pasar? ¿Acaso James Honold, a quien odio y me odia desde que tengo memoria se acaba de declarar?
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...