Kurarisa Kahero-san es una joven que desde niña ha sido amiga de Hamato Yoshi, debido a que sus padres, líderes de clanes aliados, acordaron que ambos se casarían al alcanzar la mayoría de edad. Kurarisa y Yoshi llegan a enamorarse, pero su felicidad se ve truncada cuando Kurarisa es asesinada en un intento de asalto a los 16 años. Más tarde, los eventos de la serie de las Tortugas Ninja se desarrollan: Destructor mata a la familia de Yoshi, quien es mutado en una rata y se convierte en Splinter, el maestro y padre adoptivo de las Tortugas Ninja.
Años después, durante una de sus patrullas, las Tortugas Ninja rescatan a una chica de 16 años llamada Clarissa Cajero de un ataque de los Krang. Para sorpresa de todos, Clarissa no se asusta al verlas y rápidamente se convierte en su amiga. Al conocer a Splinter, ambos sienten una conexión inexplicable, aunque deciden ignorarla. Pronto, Clarissa comienza a tener visiones de una vida pasada en las que escucha los nombres de Yoshi y Saki (Destructor), pero no logra ver sus rostros. Cuando le comparte esto a Splinter, él comprende que Clarissa es la reencarnación de Kurarisa Kahero-san, su amor de juventud. Para confirmarlo, le muestra una antigua foto de él, Saki y Kurarisa juntos, pero Clarissa, incrédula, necesita más pruebas.
Con el tiempo, sus visiones se hacen más claras, y finalmente reconoce a Yoshi y Saki tal como aparecen en la foto. Al enfrentar esta revelación, Clarissa y Splinter reavivan su amistad, aunque pronto comienzan a enamorarse nuevamente. Ambos luchan contra sus sentimientos, creyendo que la diferencia de edad y circunstancias les impiden estar juntos. Sin embargo, cuando Splinter está a punto de ser asesinado por Destructor, Clarissa arriesga su vida para salvarlo y le confiesa su amor. Splinter, profundamente conmovido, le revela que él también la ama. Finalmente, deciden permanecer juntos, sin importar los obstáculos.
Fin.
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જ Tras la mutación que lo convirtió en Splinter mientras se adaptaba a su nueva realidad, Splinter decidió criar a tres tortuguitas que había adoptado y mutado: Leonardo, Donatello y Raphael. A pesar de su apariencia mutante, él las amó como si fueran sus propios hijos.
Sin embargo, había una cuarta tortuguita que nunca fue vista por Splinter. La más pequeña y frágil de todas había quedado atrapada en el tumulto de la pelea entre Yoshi y el desconocido que había provocado su mutación. Splinter pensó que había muerto en aquel enfrentamiento caótico; el dolor de perderla lo acompañaba mientras intentaba criar a sus tres hijos con amor y dedicación.
Pero el destino tenía otros planes para esa pequeña tortuga. Mientras el caos reinaba en el callejón donde todo sucedió, Oruko Saki pasaba por allí. Su mirada se detuvo al notar un pequeño destello en un callejón abandonado donde había elaborado la entrega fallida de mutageno
Grande fue su sorpresa al encontrar se con la tortuguita desorientada y asustada lo miraba con ojos grandes y vulnerables. Algo dentro de él se movió; aunque su corazón estaba cubierto por la oscuridad del odio y la ambición, esa pequeña criatura despertó en él una chispa de compasión.
Sin pensarlo dos veces, Saki recogió a la tortuguita y decidió acogerla como su propio hijo. A pesar de ser conocido como Destructor, había algo en esa pequeña tortuga que le recordaba la inocencia perdida de su propia vida. La llevó a su hogar, donde comenzó a criarla con la idea de convertirla en una poderosa aliada.
Mientras Splinter enseñaba a sus tres tortugas sobre el valor del amor familiar y la lucha contra las adversidades del mundo exterior, Saki hacía lo mismo a su manera oscura pero protectora con la cuarta tortuga, quien crecería sin saber que tenía tres her