Por casualidades de la vida nos encontramos los unos a los otros. Algunas veces seguimos el mismo camino, algunas otras tomamos rutas alternativas. Pero siempre quedan los recuerdos. Para Cami, una cosa es segura: todo sucede por una razón. Si Aiden apareció en su vida, no fue por casualidad, sino porque así debía ser.
Por obra del destino, nuestras vidas se cruzan de formas inesperadas. A veces, las mejores cosas son fugaces, y no por ello hay que tenerles miedo. A veces, hay que dejar que las casualidades se queden solo en eso, casualidades. Aunque tengan el poder de transformar nuestras vidas de maneras que nunca imaginamos.
Y al final, frente a lo impredecible, las mentiras pueden parecer la salida más fácil.