26 Partes Continúa El reflejo en el espejo me devolvía la imagen de una mujer que había aprendido a luchar. Ya no era la misma que había temido cada mirada, cada juicio, cada palabra hiriente. Ahora, mis ojos eran más claros, mi mirada más firme. El cambio no había sido fácil, pero ahora estaba aquí, de pie, en el despacho que alguna vez perteneció a otros.
Había noches en las que despertaba sobresaltada, sintiendo el peso del pasado, los recuerdos de una Beatriz que permitía que la pisotearan. Pero todo eso había quedado atrás.
El camino fue largo, lleno de enfrentamientos, caídas y revelaciones. Sin embargo, el mayor de los desafíos no había sido vencer a los demás, sino a mis propios miedos.
Y justo cuando creía haber conquistado todos los obstáculos, apareció él. Daniel Valencia. La última pieza de un rompecabezas que jamás imaginé armar. El hombre que siempre me miró desde arriba, pero que ahora me encontraba frente a frente, con una batalla distinta: una que se libraba entre nuestros corazones y nuestras ambiciones.