Desde el principio de los tiempos, los demonios y los ángeles han librado una batalla eterna por el control del mundo y el destino de la humanidad. Joy, un joven nacido en la Edad Media, no forma parte de este conflicto hasta que su familia es asesinada por la Inquisición y él mismo es arrastrado al infierno, donde su alma se fusiona con el poder demoníaco. Su memoria es bloqueada por el trauma y el dolor de su muerte, pero a medida que los demonios lo reclutan para sus fines oscuros, Joy se convierte en una simple herramienta de su plan: invadir y corromper el mundo humano.
A lo largo de los siglos, los demonios han estado infiltrando las estructuras de poder en la Tierra, desestabilizando gobiernos y corrompiendo a la humanidad. Joy, después de una larga lucha interna y enfrentamientos junto con los demonios, finalmente escapa del infierno, pero descubre que ha sido manipulado. Los demonios han tomado control de gran parte del mundo humano, y el caos es inminente.
En la Tierra, Joy conoce a Yuna, una joven con una mirada sincera y una sonrisa que lo hace cuestionar su propia humanidad. Junto a ella, Joy empieza a recuperar sus recuerdos y descubrir el verdadero propósito de su existencia. Sin embargo, los ángeles lo persiguen, convencidos de que debe regresar al infierno para restaurar el equilibrio celestial.
Lin Yi, un trabajador de oficina muy trabajador, murió una noche por exceso de trabajo. Cuando abrió los ojos de nuevo, se encontró en el cuerpo de un personaje que había sido carne de cañón y que había sido casado con un magnate como parte de una alianza comercial entre dos familias adineradas.
En este matrimonio, Lin Yi era prácticamente invisible. Su dominante marido nunca volvía a casa, dejándole sólo una asignación mensual de cinco millones de yuanes.
Lin Yi: ¡Qué buena oferta! ¡Es hora de vivir la vida como un adicto al sofá!
Aparte de eso, Lin Yi también tenía un hijastro llamado Huo Mianmian, un niño de tres años que era pequeño, suave y hermosamente refinado. Sin embargo, el niño generalmente era muy tranquilo y cauteloso con los demás, no se acercaba fácilmente a nadie.
Lin Yi no tenía que preocuparse por criar al niño, disfrutaba de su nueva libertad, su única preocupación era cómo gastar su dinero.
Cuando estaba feliz, compraba un inmueble comercial; cuando no estaba feliz, un coche deportivo...