Prólogo
El pincel se desliza con delicadeza sobre el lienzo, cada trazo un suspiro, cada color una parte de su alma. Evelyn Carter no sabe cuántas veces ha intentado capturar lo que lleva dentro, pero nunca ha logrado encontrar las palabras adecuadas. En su taller, rodeada de pinceles, óleos y esculturas a medio terminar, se siente libre. Aquí no hay juicios, ni expectativas, ni un pasado que la persiga.
Sin embargo, cada obra que crea es un reflejo de lo que no puede decir. Los colores oscuros, las formas abstractas, la densidad del aire que la rodea... todo grita lo que no ha podido mostrar a nadie. Y aunque su arte ha sido su refugio, hay algo que siempre ha permanecido oculto, algo que ha dejado de lado por miedo a que, si lo compartiera, todo se derrumbara.
Cuando la presencia de alguien la interrumpe, Evelyn se ve obligada a enfrentarse a lo que ha estado evitando. No es solo el desconocido que observa desde la ventana, ni el hombre con ojos llenos de curiosidad. Es su propio miedo, su propio deseo de protegerse. Pero no puede escapar.
Los trazos de su vida, a menudo borrosos, empiezan a cobrar sentido. Y cuando el arte se convierte en el medio para abrir su corazón, Evelyn se da cuenta de que, tal vez, la verdadera esperanza no está en lo que pinta, sino en lo que está dispuesta a compartir
Cuando Jana, una talentosa y apasionada arqueóloga, es elegida para un proyecto de exploración por el gobierno, no imagina que esta misión cambiará su vida para siempre cuando conoce al comandante Maximilian Hofmann; el prometido de la mejor amiga de Jana, por más que intenten evitarlo la atracción se vuelve cada vez más insoportable entre ellos, mientras se embarcan en una peligrosa expedición que los hará vivir una aventura llena de mentiras, secretos y erotismo. ¿Logrará Jana evitar mezclar sus sentimientos y su deseo?