Hay un lugar que no tiene nombre,
un rincón invisible que habita en cada uno de nosotros.
Es allí donde las palabras nacen como susurros,
donde el tiempo deja de ser una línea y se transforma en un eco infinito.
Ese lugar es el alma,
ese abismo luminoso que llevamos dentro
y que pocas veces nos atrevemos a explorar.
Este libro no pretende ser una brújula,
ni un mapa que guíe tu paso por ese territorio desconocido.
Es más bien un faro,
una luz que titila en la distancia,
invitándote a sumergirte en tus propias profundidades.
Los poemas que encontrarás aquí son reflejos,
ecos que rebotan entre las paredes de lo que somos,
palabras que nacen de las preguntas sin respuesta,
de las emociones que nos desbordan
y de los misterios que nos envuelven.
Hablar de la eternidad es imposible sin tocar lo efímero,
y escribir sobre el alma es tratar de atrapar el viento.
Pero, ¿acaso no es esa lucha lo que nos hace humanos?
Intentar comprender lo incomprensible,
ponerle nombre a lo que se siente infinito,
tejer con letras un puente hacia lo invisible.
Este libro no es solo un conjunto de poemas.
Es un diálogo con el silencio,
un viaje hacia el centro del ser,
un abrazo a las luces y sombras que nos habitan.
Es para quienes aman las preguntas más que las respuestas,
para quienes saben que el alma no grita: susurra.
Te invito a escuchar.
A detenerte entre las páginas y sentir.
Porque en cada verso, en cada pausa,
late algo que te pertenece
y, al mismo tiempo, va más allá de ti.
Si estás listo para escuchar los ecos del alma,
entonces este libro es tuyo,
como el viento es del que lo respira,
y las estrellas son del que se atreve a mirarlas.