Atardeceres de verano

Martha lleva intentando controlar cada paso de su vida desde siempre, y pese a aparentar tenerlo todo controlado, ahora se siente más perdida que nunca, a la deriva en un mar incontrolado de preguntas sin respuesta. Intentando zafar esa sensación que a veces perece superarla, se pone a trabajar en un campus de verano de su pueblo, recordando así las cosas que más le gustaban de pequeña.

El verano está siendo bastante tranquilo, hasta que un día se da de bruces con un chico que le mostrará que no solo hay una manera de ver el mundo y que a veces está bien dejarse llevar por las cosas que no podemos controlar. Empezará a sentir cosas que hacía mucho que no sentía y le tocará salir de su zona de confort a la que tan cómodamente que ha acostumbrado, ¿estará preparada para afrontar todos los cambios que eso supone? La última vez que lo intentó no termino muy bien, pero... ¿Y si esta sí?