Cuando Mar llega a North Berwick, lo único que desea es ser capaz de reflejar en sus dibujos la esencia del pueblo natal de su abuela y disfrutar de unas vacaciones antes de retomar la rutina. Pero ese coqueto pueblo de la costa este de Escocia tiene mucho más para la forastera.
Tiene figuras de unicornios vigilando las plazas, noches de cuentos bajo la luna llena, guerras antiguas que no entiende, mujeres de ojos brillantes que caminan descalzas, sueños que se repiten y hadas cuyo nombre verdadero está prohibido pronunciar, bajo la amenaza de invocarlas.
Mar no cree en nada de todo aquello, pero a medida que los días pasan y sus raíces heredadas se van mezclando con otras, crece en ella una certeza que no puede explicar, y que tampoco puede ignorar. Una mirada nueva y antigua que le impulsa a ver todo lo que ha permanecido oculto desde hace siglos.
Miradas antiguas, raíces profundas es la primera parte de la tetralogía Escocia en mis ojos.
ESCOCIA EN MIS OJOS
Cuando Mar decide pasar unos días en el pueblo natal de su abuela Caitriona, lo último que imagina es que va a toparse de frente con todos esos cuentos que la escocesa le narraba cuando era una niña. Pero en North Berwick, un coqueto pueblo de la costa este de Escocia, las sirenas son mucho más que una leyenda y está prohibido pronunciar el nombre real de las hadas, bajo la amenaza de invocarlas.
Lo que empieza como un sorprendente pero inocente contacto con una forma nueva de observar un mundo nuevo y a la vez antiguo, termina por destapar guerras pasadas, pueblos escondidos, cuentos prohibidos. Y Mar, mientras descubre su propia valía y hasta dónde está dispuesta a llegar, por ese pueblo y por amor, se revela como una humana con una oportunidad única para resolver un conflicto del que nadie se acuerda.
Escocia en sus ojos, los ojos de una forastera que va echando raíces en esa tierra, es imprevisible, misteriosa y hermosa, legendaria y corriente, profunda, antigua.