Los recuerdos inundaban mi mente torturandome con cada uno de ellos mientras empezaba a desvanecerme en cenizas e irme junto al viento, al ver la flauta que le había hecho a Yoriichi pude darme cuenta del monstruo en el que me había convertido, ahora el "Odio" que sentía se convirtió en un horrible dolor que se extendía por mi pecho, sentí las lágrimas bajar por mis ojos, deja que fluyeran mientras cerraba los ojos, ahora solo tenía que aceptar mi destino, la muerte. Tenía que afrontar los pecados que he hecho a lo largo de mi vida,
Pero antes de dejar este mundo e ir al infierno tenía que decir una última cosa.
- Lo siento, Yoriichi.. - Esas fueron mis últimas y más sinceras palabras, de hecho, fueron las más verdaderas que he dicho en toda mi vida.
- Te perdono, Aniue. - Escuchar su voz hizo que sintiera una gran paz por todo lo que quedaba en mi cuerpo, también al instante abrí mis ojos.
Aunque mi vista era borrosa, solamente podía divisar dos siluetas, la oscuridad del lugar no ayudaba en absoluto, pero de algo estaba seguro, ellos eran más grandes que yo.
Poco a poco mi vista se fue aclarando y adaptando al lugar, ¿Que es este lugar? ¿Dónde estoy? ¿Quienes son ellos? La mujer me cargó de forma lenta en sus brazos, sentía su calidez rodeandome, estaba demasiado confundido así que mire al hombre que estaba al lado y note un bulto en sus brazos.
Espera.. ¿Yoriichi?
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Serena Lancaster acaba de cumplir 18 años, y lo que parecía ser un futuro libre de ataduras se convierte en una sorpresa inesperada: un matrimonio arreglado por sus padres con Charles, un hombre 9 años mayor. Para evitar los rumores y la crítica por la diferencia de edad, deben ocultar su relación, haciéndola pasar por su prima en público. Lo que comenzó como una obligación se convierte en una relación llena de peleas, secretos y divertidas discusiones. Pero, ¿será posible que entre tanta tensión surja algo más que simple resentimiento?