Fue esa noche cuando Soobin llegó al castillo, contratado por el rey para proteger al heredero. Con movimientos precisos y sin mostrar emoción alguna, el cazador de monstruos acabó con las criaturas, dejando un silencio inquietante tras de sí. Para Yeonjun, él no era más que otro sirviente enviado a vigilarlo, pero para Soobin, el príncipe no era más que una carga. Lo que ninguno de los dos sabía era que su viaje juntos no había hecho más que empezar.All Rights Reserved