Marc Bernal, la joven promesa del Barça, lo tiene todo: fama, talento y una legión de admiradores que lo siguen a donde quiera que va. A sus 17 años, está en la cúspide de su carrera, pero bajo su imagen de chico perfecto hay una vida controlada por la presión mediática y las expectativas desmesuradas. Para él, el fútbol es su escape y su pasión, pero también una carga constante.
Bruna García, una apasionada y feroz líbero de 17 años, juega en el equipo de voleibol del Barça. Bruna es conocida por su agilidad y determinación en la cancha, pero también por su carácter fuerte y gran empatía. Para ella, el deporte es su refugio y su manera de demostrar que puede ser fuerte y autosuficiente en un mundo que a menudo la subestima. Su vida ha sido una constante lucha por el reconocimiento, especialmente en un deporte menos valorado como el voleibol.
El destino los cruza de manera inesperada cuando ambos son invitados a participar en un evento benéfico deportivo. Aunque deberían compartir el mismo espíritu competitivo, desde el primer momento chocan: Bruna ve en Marc el típico deportista arrogante y consentido, y Marc no entiende por qué esta chica parece inmune a su encanto y lo trata con desprecio.
Lo que comienza como una rivalidad marcada por discusiones, choques de egos y miradas desafiantes, pronto se transforma en algo más profundo. Poco a poco, a medida que ambos descubren las presiones y sacrificios que cada uno enfrenta en su carrera, surge una conexión genuina entre ellos. Sin embargo, ninguno de los dos está dispuesto a admitirlo. Entre sus respectivas vidas deportivas, las tensiones familiares y los secretos que ambos ocultan, el amor parece el reto más difícil que han enfrentado.
Bruna y Marc se enfrentarán a sus propios miedos, orgullos y prejuicios, descubriendo que el amor, al igual que el deporte, es una lucha constante en la que sólo los más valientes están dispuestos a arriesgarlo todo.
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Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...