- ¡Michael! Ya me cansé de hacer esto, es la sexta vez que me pincho.- estaba ayudando a mi amigo con sus camperas. Resulta que le encanta llenarlas de logos de bandas y esas cosas.- ¡Mira sale sangre!- tomó mi dedo y lo chupo. Que asco, eso no me lo esperaba. - Algún día tendrás que aceptar que soy un vampiro. Soy pálido, no me gusta el sol y tengo los labios rojos. ¿Qué más quieres? - ¿Un mejor amigo normal quizá? Y así comenzó otra sesión de risas.